Es poco conocido el ensayo de Nietzsche sobre los diez mandamientos para escribir, a continuación, te presento los primeros cuatro para que hagamos una pequeña reflexión acerca de ellos.
1. Lo que importa más es la vida: el estilo debe vivir.
2. El estilo debe ser apropiado a tu persona, en función de una persona determinada a la que quieres comunicar tú pensamiento.
3. Antes de tomar la pluma, hay que saber exactamente cómo se expresaría de viva voz lo que se tiene que decir. Escribir debe ser sólo una imitación.
4. El escritor está lejos de poseer todos los medios del orador. Debe, pues, inspirarse en una forma de discurso muy expresiva. Su reflejo escrito parecerá de todos modos mucho más apagado que su modelo.
¿Es cierto lo que dice Nietzsche en los diez mandamientos para escribir?
Veamos quién fue Nietzsche, realmente nunca fue filósofo, estudió Teología y Filología en la universidad de Leipzig. Vivió la segunda mitad del siglo XIX, que en Europa fue época de muchos conflictos que desencadenaron en la primera Guerra Mundial.

Nietzsche fue un hombre de salud muy frágil, sufría dolores de cabeza terribles lo que hizo que viera la vida a través de un gran sufrimiento. Por eso, pienso que sus ideas causaron gran admiración, y, por otra parte, mucho miedo en sus lectores.
Escribía ensayos en prosa pero que, por su belleza, algunos pueden ser también poesía. En sus libros usa metáforas, símbolos y signos especiales para hablar de temas tan profundos como la pregunta acerca de cuál es la naturaleza del ser humano.
Para él, la vida del hombre es una gran tragedia y ¿qué entendemos por tragedia?, es una obra de arte en donde se busca lo sublime del ser humano, para después desilusionarnos de esa creación, que nosotros mismos hacemos.
También te puede interesar:https://angelmetropolitano.com.mx/sergio-ramirez-la-literatura-latinoamericana-siempre-ha-sido-exiliada/
Pues bien, Nietzsche piensa que nosotros también hacemos nuestra propia tragedia todos los días, siempre esperamos ser los mejores, o tenemos muchas expectativas de los demás, y por culpa de nosotros mismos, al hacernos tantas ilusiones, acabamos cayendo y decepcionándonos de nosotros mismos y de los demás. Por ello todos escribimos nuestra obra de teatro todos los días, nada más que no lo sabemos.
Somos los creadores, espectadores y críticos de nuestra propia existencia, sin darnos cuenta escribimos nuestra obra teatral, entonces hagámoslo de manera bella ¿no piensas tú lo mismo?