La sal es un elemento cristalino compuesto por dos elementos, sodio (Na) y cloro (Cl). El sodio y el cloro son absolutamente esenciales para la vida. Además de añadir sabor a los alimentos, la sal también es utilizada como un preservador de alimentos, ya que es difícil para las bacterias crecer en ambientes salinos y sirve para funciones importantes como ayudar al cerebro y a los nervios a enviar impulsos eléctricos.
Los diferentes tipos de sal pueden variar en sabor, color, textura, pero también tienen ciertas diferencias en contenidos minerales y de sodio. La mayoría de las sales son similares, y consisten en cloruro de sodio y pequeñas cantidades de minerales, y la verdad es que la diferencia entre cada una es mínima.
–Sal de mesa (sal refinada): Esta es la más utilizada en la cocina, ya que es la más económica. Está muy triturada y sin impurezas; el problema es que al estar tan finamente molida se pueden formar grumos por lo que se le agregan sustancias llamadas agentes antiaglomerantes para que esto no suceda. Contiene un 97% de cloruro de sodio y por ley se le debe agregar yodo para prevenir deficiencias en la población.